A 100 años del movimiento surrealista:
el legado del Conceptual Jíbaro Art (1988)
de Adál Maldonado
A 100 años del movimiento surrealista:
el legado del Conceptual Jíbaro Art (1988)
de Adál Maldonado
Daniel O. Rivera Rivera
20 de diciembre de 2024
Adál Maldonado, As I began to dissappear I realized someone was beginning to forget me. Fotografía.
El 15 de octubre del 2024 se cumplieron los cien años del origen del surrealismo, movimiento vanguardista que ha dejado una huella imborrable en las artes, el cine y la literatura. Surgido en Europa a principios de la década de 1920, el surrealismo se ha caracterizado por expresar imágenes irracionales y oníricas, con el propósito de superar el racionalismo en el arte y explorar el subconsciente. A lo largo de los años, el movimiento se ha expandido a través del mundo, creando nuevos discursos y mitos alejados de las ideas eurocéntricas que lo perseguían desde sus inicios. Esta expansión nos permite apreciar otros tipos de iconografías más acordes a la cultura e identidad de países fuera del plano europeo, como por ejemplo Latinoamérica y el Caribe. En el caso de Puerto Rico, se destaca el fotógrafo y artista gráfico Adál Maldonado quien, a través de su trabajo artístico, nos invita a explorar nuevas formas de ver/vernos y explorar nuestra identidad y cultura puertorriqueña desde el movimiento surrealista.
Sería demasiado abarcador hablar de todo el desarrollo artístico de ADÁL dentro del surrealismo, ya que su obra se extiende desde mediados de la década de 1970 hasta sus últimos días. Es importante destacar que, aunque no era considerado como un artista exclusivamente surrealista, su trabajo abrió puertas para entender cómo este movimiento puede manifestarse dentro del contexto caribeño. Dentro de su amplio repertorio artístico, el autorretrato Conceptual Jíbaro Art (1988) redefine los modelos europeos y abre puertas a la deconstrucción de viejas narrativas. Dicha apropiación logra crear nuevas narrativas con el fin de complejizar y resaltar la cultura caribeña.
Adál Maldonado, Conceptual Jíbaro Art, 1988. Fotografía.
René Magritte, El hijo del hombre, 1946. Óleo sobre lienzo.
En el autorretrato en blanco y negro, podemos ver a ADÁL con una pose retante, vestido con gabán y un plátano que parece estar flotando sobre su rostro, creando la ilusión de un gran bigote. Si atamos el título de la obra con lo representado en la fotografía, se puede identificar el tono crítico, sarcástico y humorístico detrás de la imagen. Imaginar a un jíbaro—palabra que en Puerto Rico es frecuentemente atada al estereotipo de una persona pobre de origen rural, con un conocimiento limitado de la cultura y el vocabulario—supone la ruptura de discursos elitistas. A través de esta representación, ADÁL, como artista de la diáspora, asume una postura dominante ante la presencia del poder y se posiciona con autoridad, seguro del espacio que ocupa como puertorriqueño en Estados Unidos. Su crítica trasciende aún más, cuando entendemos la transgresión que conlleva asumirse fuera de estas imposiciones.
Cobrando una importancia vital al momento de entender la obra, se destacan la vestimenta de etiqueta y el plátano sobre su cara. La fotografía, que toma como influencia a la famosa obra El hijo del hombre (1964) del pintor belga René Magritte, nos permite ver esa apropiación de discursos y elaborarlo en espacios fuera de Europa y Estados Unidos. El jíbaro vestido con gabán, rompe totalmente con esa mirada de sujeto pobre y manipulable, no con el fin de codearse con algún europeo, estadounidense o aquel que ejerza poder, sino para manifestar que posee total control de su imagen en el espacio que ocupa, sin que nadie lo defina. El plátano, que sustituye a la mítica manzana de Magritte, se presenta como una iconografía caribeña, representativa de la identidad y cultura puertorriqueña que catapulta la imagen de este sujeto desafiante. De esta manera, porta con seguridad y determinación su identidad, enfrentándose a esa fuerza mayor con los símbolos de su entorno.
A través del Conceptual Jíbaro Art, podemos ver/vernos, explorar y complejizar nuestras experiencias como puertorriqueños. Es importante entender nuestra capacidad de poder definirnos e introspectar en el yo, a fin de comprender los distintos espacios que ocupamos. ADÁL, a través de su fotografía, pone en perspectiva la fascinante complejidad que supone navegar por un movimiento artístico, que aún al día de hoy apela a discursos demasiado céntricos, al presentar otras realidades con el fin de resaltar la importancia de la identidad y la cultura.