Daniela Alvarado-Rivera
20 de diciembre de 2023
Entre estados y espacios (serie 1-6), 2023. Arcilla, acrílico, aerosol y resina sobre madera.
El 30 de noviembre de 2023, abrió la exhibición de la artista Jayling Drowne Rodríguez en la Galería Guatíbiri, en Río Piedras. El espacio acogedor de la galería se adorna con su muestra más reciente, titulada Entreformas. Drowne, en su exhibición, busca explorar la dualidad emocional y corporal del ser en su lenguaje artístico. La muestra se compone de dibujos en tinta, pinturas acrílicas, estarcidos, acuarelas y una escultura. La curaduría deja clara la dualidad a través del espacio: en una pared colocan las obras que capturan la mirada por sus colores brillantes, a veces empleados en bloque o mezclados entre sí. Luego, observamos el otro lado de la moneda, el uso de la tinta y sus tonos negros y grises. La artista explica que “esta muestra es una invitación a explorar la fragmentación del ser y las formas que asumimos, tanto internas y externas, emocionales y corporales”. Por ende, Drowne deja claro que las formas que incorpora son fluidas donde con la abstracción y los vacíos del espacio en la composición crea sus seres y estados anímicos. Para establecer su narrativa no es necesario entrar en el detalle del cuerpo humano, sino que con las formas que sugieren su figura y los colores que plasma en ellas es suficiente para comunicar el sentimiento de sus protagonistas.
La obra Acurrucar (2023) muestra a dos seres abrazados, acurrucados. La naturaleza fluida y casi orgánica de la obra de Drowne no nos permite identificar el género de sus figuras, lo que las convierte en seres andróginos y anónimos. Las personas están descontextualizadas por la ausencia de la línea de horizonte. En este caso, el observador puede deducir que si existiera una línea que marque el espacio en el que se encuentran, este sería una cama donde ambas formas están acostadas. No obstante, están flotando mientras se abrazan, lo que nos presenta un momento espiritual. Los colores, tanto cálidos como fríos, dan la sensación de que se fusionan mientras se abrazan y da la impresión, gracias al medio de la acuarela, de que estamos presenciando esa mezcla instantáneamente. La figura violeta adopta rastros del color anaranjado, mientras que en la figura anaranjada se comienzan a percibir las tonalidades violetas que van mezclando simultáneamente. El uso de la acuarela despertó mi interés por el tratamiento de los colores y los cuerpos que se nos presentan. El medio hace referencia a una fluidez que se logra por medio del agua que nos lleva a la calma y se acentúa cuando nada nos distrae de la pareja. La sensación de volver a aquella persona a la que amas y poder fusionarse en el acto de acurrucarse denota una serenidad para ambos y eso es lo que transmite la obra.
Acurrucar, 2023. Acuarela sobre papel.
Las figuras que enmarcan la obra de Drowne remiten a las obras de los desnudos azules de Henri Matisse. Al igual que el pintor francés (Matisse), Drowne descontextualiza sus figuras y, a través de un juego con los espacios positivos y negativos del soporte, nacen sus seres. Igualmente, el tratamiento del color plano dentro de las formas es algo consistente en ambos artistas. La diferencia entre Drowne y Matisse se identifica en lo andrógino de los personajes de la artista puertorriqueña. No obstante, la fluidez de las formas que, cuando se unen crean una figuración esquemática del cuerpo humano, es lo que enmarca la obra de ambos.
Mientras las obras a color hacen referencia a un estado de emoción que propaga felicidad o paz, las obras en blanco y negro documentan momentos de melancólicos. La obra en tinta, Mientras todo ardía por dentro, afuera era un valle de rosas (2023), encuadra a una figura encogida, tomando una forma de caracol acostada, en escorzo, encima de una sábana de rosas. Los títulos que acompañan estas piezas parecen poemas que el espectador lee y, mientras se mueve por las obras, es como si le contasen una historia. Nuevamente, observamos la descontextualización de la escena y el anonimato de la figura permite que las personas conecten con lo que están observando. El contraste entre los vacíos y lo blanco enmarcan la precisión de la artista y el cuidado con el que trata sus composiciones. Las rosas que rodean la figura melancólica son un testamento de que todo florece aunque estemos envueltos en nuestros problemas, que siempre existirá algo bueno que podemos esperar de nuestros alrededores.
Mientras todo ardía por dentro, afuera era un valle de rosas, 2023. Tinta sobre papel.
Topi, 2023. Acrílico sobre lienzo.
Al final, presenciamos la fusión de estos seres o estados anímicos. La obra Topi (2023), enmarca la esencia de la exhibición donde ambas partes de un ser se mezclan o son parte de un mismo cuerpo. Al final somos formas que sentimos, existimos y coexistimos unas con otras. Las conexiones y nuestros estados anímicos nos hacen humanos, y la obra de Drowne nos invita a la retrospección de nuestras vidas. La figura andrógina nos permite posicionarnos en estos eventos radiantes o sombríos. La delicadeza de sus composiciones comunican serenidad y no nos distrae del énfasis que es el personaje que enmarca la complejidad del ser. El tratamiento de la curaduría logró representar esta dualidad de Entreformas como dos caminos de la vida que son posibles en un mismo cuerpo.
Como expresó la curadora Aridni Martínez Medina: “te invito a explorar los misterios que habitan en ti, y a adentrarte en el abismo de ti”. Por tanto, ha sido un honor visitar la Galería Guatíbiri en Río Piedras y disfrutar el trabajo de esta grandiosa artista puertorriqueña en su primera exhibición individual, que ha logrado capturar las emociones humanas a través de sus composiciones.